La última estrategia en el sector del automóvil: hacer coches que nadie comprará

Las fotos de coches en medios de comunicación y redes sociales como herramienta de publicidad de coches. Eso parecen buscar las marcas estos días con la presentación en los salones de modelos que nadie (o, para hablar con más precisión, pocos) comprará en el futuro.

Eso es lo que proyecta estos días el Salón del Automóvil de Detroit, por donde miles de asistentes pasarán estos días, hasta el próximo 24, interesados por ver de cerca las novedades que propone la industria para los próximos meses; unas novedades que, en el mejor de los casos (si finalmente acaban llegando al mercado y no se quedan en meros prototipos), muchas veces no serán siquiera objeto de estudio para compra para la mayoría de consumidores.

Una realidad contradictoria

En esta última edición del Salón de Detroit, el más visitado de cuantos se celebran anualmente en Norteamérica y una de las principales citas automovilísticas del año, las marcas han sacado un año más toda la fuerza de su músculo para presentar coches de lujo y potentes deportivos, en muchas ocasiones con un valor que alcanza las seis cifras.

Mientras tanto, la realidad del sector revela que, con contadas excepciones, los consumidores de los grandes mercados no están en sintonía con esas suntuosas propuestas de los fabricantes y se decantan, cada vez más, por coches más pequeños, prácticos y ahorradores; es decir, justo lo contrario a lo que adelanta la industria en Detroit estos días.

De la veintena de nuevos modelos que se han dado a conocer en la capital del motor americano esta semana, cuatro eran grandes berlinas de lujo, un segmento cuyas ventas en Estados Unidos cayeron un 15% en 2015, mientras que los coches deportivos premium, que también ha estado presentes entre dichas novedades, vieron perder el año pasado casi un tercio de sus compradores.

Una explicación…

El crecimiento de la industria automotriz en los últimos años no ha venido de grandes y caros coches, sino más bien al contrario, de vehículos más prácticos como las camionetas y monovolúmenes, todoterrenos de todos los tamaños y formas y, en todo caso, de deportivos más compactos y asequibles.

Por lo tanto, ¿qué hace entonces un coche pensado para ejecutivos, fabricado con una cantidad importante de la cara fibra de carbono, siendo uno de los grandes protagonistas de la muestra de Detroit? No es que los ejecutivos de las grandes marcas no conozcan las necesidades de la demanda, al contrario: saben bien los volúmenes de ventas que maneja cada segmento y modelo pero han encontrado en las grandilocuentes creaciones una forma de seguir innovando más allá de los segmentos inferiores que tanto han trabajado en los últimos años.

Mientras las ventas de automóviles sufrían la recesión y experimentaban la lenta recuperación que siguió, los jefes de producto de las grandes marcas decidieron centrar sus recursos en aquellos modelos que le iban a generar mayor rentabilidad: los vehículos más compactos proliferaron incluso dentro de las firmas de lujo. Pero ahora, cuando parece que el mercado del automóvil vuelve a vivir un período más dulce, los fabricantes, especialmente los de lujo, vuelven a desplegar sus berlinas y deportivos más exuberantes para hacer gala de una imagen más moderna y poderosa.

… Hay que llamar la atención

Es bastante probable que la mayoría de estos coches no llegue a vender lo suficiente como para ser tan rentable que quede justificada su creación (se necesita alrededor de 1.000 millones de euros para desarrollar un vehículo desde el boceto hasta el producto final, por lo que es útil para amortizar ese coste entregando tantas unidades como sea posible), pero los ejecutivos de automóviles tienen un problema mayor: ante la creciente multitud de potenciales compradores, hay que llamar la atención.

Xavier Mosquet, socio principal en la unidad automotriz de la consultora Boston Consulting Group, se sorprendía estos días en Detroit de que un deportivo presentado por Lexus fuera a ser algo más que un concept car exhibido en el Salón para excitar a la multitud y encontrara un camino hacia la producción. «Creo que este es un vehículo para la marca (…), si el vehículo aparece en bastantes portadas de revistas y logra atraer a suficientes clientes en los concesionarios, su retorno se notará en las ventas de modelos de Lexus menos llamativos», resumen Mosquet.

Fuente Eleconomista