El llamado coche oficial suele estar en el candelero de la política y en la punta de lanza de la indignación: a veces se le considera el privilegio innecesario de unos pocos y los que pretenden hacer “nueva política” abogan por restringirlo. A la alcaldesa Manuela Carmena, como atestiguan infinitas fotos, le gusta coger el metro.
Pero, sea como fuere, los servidores públicos tienen que moverse y para tal fin se creó en 1935 el Parque Móvil del Estado (PME), dependiente del ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Con motivo de su cumpleaños, el ministerio ofrece la exposición 80 años de servicio público a través de la movilidad, que recorre la historia de las últimas décadas de este organismo, en el que se han ocupado tres generaciones de trabajadores públicos.
Aquí se pueden ver los diferentes coches y motos utilizados (además de los lujosos coches oficiales que transportan a los políticos se ven coches de policía, de tráfico, ambulancias, todoterrenos o camiones, como si de un museo del automóvil se tratara), una recreación del despacho del jefe del servicio a principios de los 50, o diferentes piezas y herramientas de mecánica o electricidad, muchas de ellas creadas en el propio taller del PME.
Precisamente sobre los oficios vinculados con el automóvil trata un mural del pintor palentino Germán Calvo fechado en 1951, que se muestra por primera vez al público, y que, según el ministerio, puede ser la única huella que queda en España inspirada por los épicos murales que realizó en los años 30 el mexicano Diego Rivera para las factorías de grandes empresas automovilísticas como General Motorso Ford, en Detroit.
Respecto al abuso del coche oficial: según declaró en la inauguración Pilar Platero, subsecretaria del ministerio, desde 2012 se ha hecho un esfuerzo de austeridad y racionalización, con la reducción de 269 coches y 200 chóferes. Entre ese año y 2014 se ahorraron de esta manera más de 18 millones de euros. La exposición permanecerá abierta en la sede del PME (Cea Bermúdez, 5) hasta el 30 de septiembre, aunque durante el mes de agosto cierra sus puertas.
Fuente: El País